jueves, 29 de noviembre de 2007

CULTURA: El Tatuaje, una eterna adicción

Una vieja cuña publicitaria de una conocida marca de patatas, decía en su emisión televisiva: "a que no puedes comer sólo una". Algo parecido es lo que ocurre con los tattoos, "a que no puedes llevar sólo uno".


Así es. Los que vamos tatuados sabemos lo que significa.

Un buen día decidimos tatuarnos y desde entonces esa extraña afición o estilo de vida, no tiene fin. El primer tatuaje siempre tiene un motivo clarísimo para convertirse en un hecho consumado, el resto en cambio, no tienen excusa tangible que valga, es pura adicción.

Las excusas que llegamos a inventar para hacernos un nuevo tattoo, son tan poco fidedignas, que no nos las creemos ni nosotros. Pero eso es lo de menos, lo importante es llevar un nuevo motivo estético.

Son pocas las personas que se resisten a esta adicción. Adrenalina, dolor, emoción, miedo a lo desconocido, masoquismo, autoafirmación etc, son algunas de las explicaciones que podemos encontrar a la adicción del tattoo. Durante el proceso del tatuaje, afloran muchas cuestiones que nos hacen recapacitar a la hora de pensar en el próximo tattoo. Sin embargo, este pensamiento desaparece al poco tiempo.

Dejando a un lado los motivos por los cúales nos vemos atraidos a visitar los estudios de tatuaje, las formas de manifestar esta adicción son bien distintas. Están los que encuentran su tattoo pequeño y lo amplían las veces que haga falta en vez de hacerse uno nuevo. Luego nos encontramos con los que descubren este apasionante mundo de dermografía y se apresuran a llenar gran parte de su cuerpo en tiempo record. Otras veces el presupuesto no da para más y te piden que les hagas algo pequeñito para matar el gusanillo.

Sea cúal sea tu motivo, ! A tatuarse que son dos días ¡



Fragmentos extraidos de la sección TATTOOS de la revista mensual Biker Zone. Nº168 pág.114. Texto. Deme Gómez

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